EL GUARDIÁN



El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar
 Sun Tzu

   Sé que están ahí fuera, esperando un descuido. Aguardando la oportunidad de atacar, de tomar lo que no es suyo, como siempre lo hacen. Y sólo mi presencia evita que tal catástrofe suceda.
   Debo resistir.
   Cuando alguien ha pasado tanto tiempo como yo en esta tarea, conoce a la perfección lo que puede suceder, la mentalidad del enemigo, su psicología, sus mañas, sus virtudes y sus miedos.
   No les temo. Y ellos a mí sí. Afortunados de todos nosotros por eso, ya que es lo único que los mantiene a raya.
   El temor. Y nada más.
   No es fácil. Esa protección virtual se debe a muchísimo tiempo dedicado a esta tarea tan noble, tan heroica, tan solitaria. Sólo yo contra innumerables enemigos. Un duelo desparejo en esta planicie. Una lucha sin tregua, sin cuartel, sin descanso.
   “El costo de la paz, es el sacrificio de la constante vigilancia”.
   ¡Vaya! Podría haber sido yo quien escribiera esas palabras…
   No conozco otra labor que esta. Es para lo que existo, para lo que vine a este mundo. Si fallo en mi tarea, no habrá excusa alguna que pueda salvarme ante aquellos que me la encomendaron. Si eso pasara me volvería algo inútil, obsoleto, inservible. Ahora que lo pienso, suena a ingratitud, amarga e hiriente ingratitud…
   No voy a permitir que pase. Aquí estoy, en mi puesto, como todos los días. Días. La cuenta de cuántos de ellos han pasado se ha perdido, aunque nadie la lleva. Lo único que importa es que todos sepan que estoy aquí.
   En especial ellos.
   Esa horda siempre acechante, siempre dispuesta a lanzarse sobre estas tierras y devorarlo todo. Esos salvajes que nada entienden del verdadero valor que tiene esto que defiendo, de la necesidad de no agotar los recursos inútilmente, de pensar lo que se hace y el motivo de porqué lo hacemos.
   ¡Cielos! A veces creo que ambos somos igual de necios.
   Ellos no se cuestionan su tarea, y yo tampoco la mía. A decir verdad eso no es cierto, últimamente sí me cuestiono lo que hago. Aunque pocas cosas sean más estériles que esa. Al mundo le importa un comino lo que yo piense. Después de todo, se supone que no hay nada en mi cabeza.
   Es un eterno juego de ajedrez. Ellos y yo. Estudiándonos a la distancia, temiéndonos mutuamente, esperando que el otro demuestre debilidad. Así podemos estar hasta el fin de los tiempos. Aunque ellos siempre se están renovando. Y yo, ya soy un viejo…
   Nadie vendrá detrás de mí. Si yo fracaso, nadie ocupará mi lugar. No sólo les habré fallado a mis señores, sino a todos los de mi clase. Menudo fiasco.
   Aunque no los vea en este momento, sé que están ahí. Puedo sentir su odio. Percibo sus ansias de destrucción, su rechazo a mi tarea, su salvaje desprecio. Me odian porque soy lo único que se interpone entre ellos y toda esta riqueza.
   Y porque me temen, me odian aún más.
   ¡Estúpidos! Si sólo supieran de lo limitado que estoy para repeler sus ataques, de lo poco que puedo hacer desde aquí si se decidieran finalmente a dar el golpe de gracia.
   Mejor así, quiera Dios que nunca lo descubran. Aunque el día llegará, yo sé que llegará. Y será un día negro. Negro y brutal. Igual que ellos.
   Lo más curioso, es que en estas jornadas interminables, de espera y vigilia constante, lo que abunda es el tiempo. Y con los únicos seres con los que lo comparto, es con ellos. Mis enemigos. Extraña coincidencia.
   Últimamente pienso mucho en eso. Quizás, en otras circunstancias, en otro tiempo y lugar, bajo otros amos y otras causas, podríamos haber sido amigos. Podríamos haber existido en armonía, ellos disfrutando de sus bárbaros placeres y yo… y yo… No. Yo no tendría razón de existir. Sería una simple burla, una broma, una chanza. Nada hay para mí en este mundo más que repeler al enemigo.
   Y el enemigo es legión.
   Son inagotables. Decenas. Cientos. Y si algo o alguien los eliminara, otros vendrían en su lugar. Lo que los atrae es esta tierra. Y mientras yo esté aquí, y ellos me teman, esta tierra será rica.
   Es gracioso, ahora que lo pienso. Siento como si este lugar fuera mío, y en verdad nunca lo fue, ni lo será. Lo defiendo para otros, y otros (esos que nunca le ven la cara al enemigo, que nunca sufren el sol, el frío y la lluvia en sus rostros al protegerlo) serán lo que disfruten de sus virtudes. A mí sólo se me permite observarlo. Y cuidarlo.
   ¡Ya basta de pensar! No tiene sentido. Creo que finalmente, y luego de tanto tiempo, me estoy ablandando. No me siento tan firme como en mis comienzos, no me siento tan recto, tan erguido, tan imperturbable. Creo que todo se está cayendo a pedazos dentro de mí.
   Y ellos también deben estar notándolo. Por eso cada vez sus apariciones a la distancia son más frecuentes. Por eso sus excursiones son más numerosas. Por eso se acercan cada vez más. Midiendo. Calculando. Desafiando.
   Llegará el día en que lo hagan. En que lleguen hasta aquí. No será hoy. Tal vez tampoco mañana. Pero llegará, de eso no hay dudas.
   Aún así, algo que llevo tiempo pensando es que, después de todo, no será tan grave. Porque finalmente pondrán fin a mi tarea, podré decir que resistí hasta donde pude. Pondrán fin a este cansancio eterno, a esta tensión constante, a este temor persistente.
   A esta soledad desesperante.
   Y ya no estaré solo. Sobre todo eso. Finalmente, unos instantes antes de volverme absolutamente inservible, estaré acompañado. Por mi enemigo, es verdad. Un enemigo que no dudará en acabar conmigo, en deshacerme pieza a pieza, en destrozarme y danzar sobre mis restos. Pero no le guardaré rencor. Porque de una manera muy brutal e irónica, será quien me libere.
   Tampoco es tan terrible. Ni tan horrendo. Ni tan relevante.
   Después de todo, ellos son sólo cuervos y yo, un simple espantapájaros.

                                                                 ALEJANDRO LAMELA.-

Acto de Premiación Ediciones Mis Escritos

El sabado 6 de Octubre de 2012, en el acto anual de premiación de Ediciones Mis Escritos, Alejandro Lamela obtuvo:

- 1º PREMIO DEL CERTAMEN NACIONAL DE JOVENES ESCRITORES 2012

- 2º PREMIO DEL CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA Y CUENTO 2012

- DIPLOMA EN RECONOCIMIENTO AL MÉRITO LITERARIO POR TRAYECTORIA